Alas!

Most musical of mourners, weep again!
Lament anew, Urania! He died,
Who was the Sire of an immortal strain,
Blind, old and lonely, when his country's pride,
The priest, the slave and the liberticide,
Trampled and mock'd with many a loathed rite
Of lust and blood; he went, unterrified,
Into the gulf of death; but his clear Sprite
Yet reigns o'er earth; the third among the sons of light

Shelley

Pirip,
pirip.

Zoboomafoo

Empezaría a contar esta historia desde el principio, pero que hueva; todo el asunto incluye bandas de metaleros ridículos pintados como orcos, apariciones de Blue Demon, micheladas en vaso de un litro y rituales de candombe en el metro.
Así que vayamos al asunto.
El sábado fuimos Mariana y yo a la fiesta de nuestro amiguín Arturo que el pobre muchacho iba por su tercer decenio. En fin, había una especie de perfil en aquella fiesta que daba miedo, los invitados eran de tres clases: darketos, reporteros y ex estudiantes de la UNAM. Para acabarla de chingar no faltaba el ingrato que reunía todas las cualidades antes mencionadas (como el caso de Arturo). En fin, blah, blah, nos aburrimos de muerte, jugamos treinta partidas de dominó y decidimos largarnos a ver una película y tomarnos unas chelas por el bien de la patria. Entonces llegamos a la casa, compramos un par de león, hacemos un espagueti con atún, vemos que nos queda media botella de vodka. En fin, todo es como bonito.
De pronto prendo mi laptop para poner la pelicula. Y mi laptop no prende. Es decir, yo la prendía pero ella no se prendió. Es decir, si se prendió, pero no lo suficiente.
Oh, Dios, aquí es cuando me tiembla la voz. SMART dice que hay un error en el disco duro, que más vale que respalde y cambie de disco (maldita mierda Toshiba). Oh, oh. ¡Oh!


Es como una cosa tras otra, tras otra. Es una pinché maldición gitana. Está cabrón, yo no puedo con todo. Me vale madres que mi madre crea que me drogo, de verdad, que me deje una mujer, que intenten sacarme el corazón y manipularme, ok. Me vale madres que me corran de algún lugar (un departamento, un bar, no importa), que no me gane ningún concurso de poesía ni me den ninguna beca de narrativa. Me vale madres embriagarme y caminar un chingo de madrugada o esa pinche costumbre de dormir y amanecer con golpes y cortadas que no sé como me hice, o que mi hermano se comporte de pronto como un cretino como si fuera el odio del Señor sobre mi espalda, o perder las llaves, o perder dinero, o quedar sin un centavo en dia 23. Está bien, está bien, puedo lidiar con todo eso. La verdad es que ni es para tanto. ¡¡¡Pfffff!!! Pelan, putos.
Bécquer:

Porque no brota sangre de la herida,
Porque el muerto está en pie.

¡Pero mi laptop! Eso es demasiado. No tengo dinero para otro disco duro, Dios mío, y aun me preocupa si realmente podré respaldar la información. Mis fotografías, mis cartas, Oh, mi laptop. Se me cae el alma hasta los pies, me duele. Me dan ganas de abortar el corazón con un gancho para la ropa.
¡Oh! ¡Oh!
Malditas mierdas japonesas que se descomponen solas.