3 de noviembre
Me pongo una minifalda negra, una peluca rosa, unas mallas moradas y nos vamos a ver a La Casa Usher. Parezco una twisted sister que perdió diez kilos por culpa de las drogas. Eso o un travestido de un video de Gloria Trevi. La noche es larga y aburrida, nos quedamos sin cigarrillos y sin dinero. Alguien me chingó la cartera a la entrada del bar. Unos tipos tocan un J-rock bastante malo y horrible, dice Alfredo que se creen caballeros del zodiaco. Al final, cuando La Casa Usher canta Bonnie & Clyde, me digo que valió la pena cada segundo de tortura audiovisual.
A las cinco de la mañana Mariana y yo comentamos a Lermontov, sonrío al recordarlo.

4 de noviembre
Mi celular está descompuesto desde hace varios días y me castra mucho la situación, prende y apaga a su voluntad. Esperaba una llamada importante el jueves y mi celular al carajo, gracias. Después de pagar la renta y los servicios me quedan cincuenta pesos. En la cartera iba mi credencial de elector, mi tarjeta del banco y del metrobus. Sólo me falta tener un puto aborto.

Me despierto desasosegado, con la sensación de que ella está en la ciudad. No voy a decir nada ni a reclamar nada. No deseo nada, sólo estar equivocado el resto de mi vida, este dìa cuando menos. Señor, tu que consuelas porque no existes. Eso está mejor. Unamuno.

Vemos película hasta entrada la noche. La Dimensión Desconocida suscita un conato de bronca. Somos diferentes y pensamos distinto, es algo que no puede entender y que le causa conflictos.

5 de noviembre
Me preocupa el dinero, bastante. Deseo largarme cuanto antes de esta ciudad. El examen de la UNAM es pan comido. Habría que ser un imbecil, me digo y sonrió por lo que implica. Recuerdo en la televisión que Las Aventuras del Barón de Munchhaussen es una de mis películas favoritas. Mariana se resfría y se lanza tras un cóctel de pastillas. No entiendo a la gente que le da tos y corre a tomar antibióticos, así era Maribel, ahora que lo recuerdo. La extraño muchísimo, es una gran mujer… claro, en un sentido figurado. El día pasa prácticamente vegetal. Llueve mucho.

6 de noviembre
Es una mañana gris y acerada en el Distrito Federal. Me despierto a las seis de la mañana, el papá de Mariana tiene el tino de prender el televisor en las noticias. Parece que la SEGOB se levantó con ganas de poner bombas por la ciudad. Los blancos son tan obvios que me asquean, es un sabor como de cocaína en la garganta o cerveza pasada. No estoy listo para el circo mediático que viene a continuacion. Estoy harto de la prensa y la televisión, estoy harto de Joaquin Doriga y Gomez Leyva y Felipe Calderon y Andres Manuel. Estoy harto de la clase media semianalfabeta asustadiza y de conciencia intranquila que vive en este puto país. Estoy cansado de la vida, de la gente, de estar cansado. Tengo más mensajes de los que cualquiera querría en su celular y me informan cosas que no quiero saber. Bellow, Pushkin, Tolstoi, Flaubert, Hemingway, mi letanía mañanera esperando la salvación.

Comentarios

carlos dijo…
güey, una minifalda.

una chingada minifalda.

eres un cerdo y te odio.


ámame con locura.




























(...CERDO!!!!)
Bah, no me mereces.
caquita dijo…
me hubiera gustado ver eso carajo

yo estube a punto de perder 70 varos, un anillo y la ficha del guardarropa en lo de 45 grave, bentito sea la mugre gente no mira al suelo mientras bailan y hacen slam, encontre 50, el anillo y la ficha

a y unos cigarrillos

y un sombrero, ja el sombrero

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