7 de noviembre - día telefónico
Me despierto con resaca y muy triste. Lloro sin saber por qué. Le echo la culpa al alcohol y a mi organismo. Más tarde hablo por teléfono con mi madre. Esa mujer me pone nervioso, nunca he sabido tratarla. Voy con MS y me alegró el día un poco intentando planear HC que ahora resulta ser una “revista famosa”. Me comprometo a realizar una reseña, el libro no es malo, pero tengo que hacerlo en dos o tres días y aun no comienzo a leerlo. Mi hermanastra me llama y quedo con ella para ir al cine mañana miércoles. Tengo un agujero negro en el alma. Cada vez que me siento solo comienzo a flaquear. Tengo arañazos en los brazos de nuevo. Llama Alexandra a media tarde, hacemos bromas sobre niños con cáncer. Me gusta su risa. Llamo a mi padre, le pido dinero porque no puedo acceder a él desde que me robaron la cartera. Que lo deposite a la cuenta de Daniel.
Daniel y yo vamos a comprar mandado.
El frió es terrible. El frió está espeso y húmedo y me comienzan a doler los huesos de la mano derecha. Intento sonreír, la ciudad está especialmente desierta. “Es una noche de nostalgia” dice mi hermano. “Cuelga la noche sobre el pasto de la infancia donde nacieron por primera vez los placeres ilícitos”, recita. Cuelga la noche, eso es mala poesía.
Extraño la compañía. Mañana veré a mi hermana, el jueves saldré con Elsa, el viernes armo la revista y el sábado visitaré a Mariana y quien sabe, talvez bebamos vodka o nos pintemos el cabello y conversemos sobre buena y hermosa literatura. Si me quedo solo un día acabaré haciendo una estupidez. Me temo a mi mismo.
En la televisión no dejan de hablar de bombas.
Me despierto con resaca y muy triste. Lloro sin saber por qué. Le echo la culpa al alcohol y a mi organismo. Más tarde hablo por teléfono con mi madre. Esa mujer me pone nervioso, nunca he sabido tratarla. Voy con MS y me alegró el día un poco intentando planear HC que ahora resulta ser una “revista famosa”. Me comprometo a realizar una reseña, el libro no es malo, pero tengo que hacerlo en dos o tres días y aun no comienzo a leerlo. Mi hermanastra me llama y quedo con ella para ir al cine mañana miércoles. Tengo un agujero negro en el alma. Cada vez que me siento solo comienzo a flaquear. Tengo arañazos en los brazos de nuevo. Llama Alexandra a media tarde, hacemos bromas sobre niños con cáncer. Me gusta su risa. Llamo a mi padre, le pido dinero porque no puedo acceder a él desde que me robaron la cartera. Que lo deposite a la cuenta de Daniel.
Daniel y yo vamos a comprar mandado.
El frió es terrible. El frió está espeso y húmedo y me comienzan a doler los huesos de la mano derecha. Intento sonreír, la ciudad está especialmente desierta. “Es una noche de nostalgia” dice mi hermano. “Cuelga la noche sobre el pasto de la infancia donde nacieron por primera vez los placeres ilícitos”, recita. Cuelga la noche, eso es mala poesía.
Extraño la compañía. Mañana veré a mi hermana, el jueves saldré con Elsa, el viernes armo la revista y el sábado visitaré a Mariana y quien sabe, talvez bebamos vodka o nos pintemos el cabello y conversemos sobre buena y hermosa literatura. Si me quedo solo un día acabaré haciendo una estupidez. Me temo a mi mismo.
En la televisión no dejan de hablar de bombas.
Comentarios
Y uno, como sujeto, no pertenece al mundo, sino que es un límite del mundo*.
Para lo del dolor de huesos por el frio estira el brazo fuertemente, luego la mano y abre y cierra el puño. Cosas caserísimas. Sino pues tápate bien :P
* Última vez que cito/parafraseo a Witt en tu blog**. Es que pues...ajá. Pero qué buen hombre, quiero mi tesis sobre él. Si es que hago tesis...
** Sabes que no es cierto.
Baisers.
Anoche fue a tu casa
y te miré por la ventana
estabas haciendo gestos
sentado en la borcelana ¡já!
grrr, además ando enojada contigo, ya sabes: tengo un pollito que comerme contigo.
como sea, veremos una peli!! veremos una peli!!! =)
JAJAJAJA
otra grandiosa!!!!