8 de Diciembre
-Brendda, sí, así es, con doble d. Brendda trabaja como mesera en un tabledance(medio putero) en el centro. Bombay se llama el lugar. Siempre me han dado risa los nombres de esta clase de lugares pero no me voy a poner a teorizar al respecto. No se ven muchos marineros ingleses por aquí.
La recuerdo hace cinco años, cuando era una niña. Todos éramos unos niños hace cinco años. Ella y Maribel venían a mi casa y bebíamos un tequila muy malo y escuchábamos música igual de pésima. Teníamos 15, 16. La vi un poquito desmejorada y con mucha vida encima. Tiene una niña que no conocemos, Carla Daniela, un nombre bonito, y por lo que nos cuenta a Maribel y a mi (a las ocho de la noche, en el estacionamiento del Bombay, pues no dejan entrar mujeres al lugar) tienen un carácter muy parecido. Ganó seiscientos pesos el día de ayer, cuando un loco le pagaba tragos de cincuenta pesos con billetes de a doscientos. “Acercate a Dios, mija”, le dice Maribel en broma, pues fingimos que se volvió cristiana evangélica cuando nos pidió que le contáramos que había de nuevo en nuestras vidas. Brendda se persigna. “Diosito, que me toque otro de esos como el de ayer”, dice mirando al cielo, con los ojos medio en blanco.
-Brendda, sí, así es, con doble d. Brendda trabaja como mesera en un tabledance(medio putero) en el centro. Bombay se llama el lugar. Siempre me han dado risa los nombres de esta clase de lugares pero no me voy a poner a teorizar al respecto. No se ven muchos marineros ingleses por aquí.
La recuerdo hace cinco años, cuando era una niña. Todos éramos unos niños hace cinco años. Ella y Maribel venían a mi casa y bebíamos un tequila muy malo y escuchábamos música igual de pésima. Teníamos 15, 16. La vi un poquito desmejorada y con mucha vida encima. Tiene una niña que no conocemos, Carla Daniela, un nombre bonito, y por lo que nos cuenta a Maribel y a mi (a las ocho de la noche, en el estacionamiento del Bombay, pues no dejan entrar mujeres al lugar) tienen un carácter muy parecido. Ganó seiscientos pesos el día de ayer, cuando un loco le pagaba tragos de cincuenta pesos con billetes de a doscientos. “Acercate a Dios, mija”, le dice Maribel en broma, pues fingimos que se volvió cristiana evangélica cuando nos pidió que le contáramos que había de nuevo en nuestras vidas. Brendda se persigna. “Diosito, que me toque otro de esos como el de ayer”, dice mirando al cielo, con los ojos medio en blanco.
Comentarios
Que me recordaba el cabaret ese, ahora ya sé que el origen de la palabra Bombay es portugués y que significa Buena Bahía, ¿sí hay portugueses en el Bombay?
Eres muy bueno para hacer pequeñas estampas. Me gusta tu prosa irreverente, concreta, filosa y sobretodo, sorpresiva.
Considérame un nuevo lector.
No sé si son anécdotas o minifixiones, pero decía Borgues, la vida no tiene porque ser interesante, aunque la literatura sí.