26 de enero
Cuando me fui a Chihuahua, Aidé decidió que era hora de salirse del departamento. Estaba un poco confundida y deprimida por cuestiones escolares y creyó que lo mejor era devolverse un tiempo a la casa de sus padres. Fuera de la ciudad y tomado por sorpresa le encargué a mi hermano desde mi rancho que fuera por mis cosas (apenas nada, un poco de ropa, dos cajas con libros y una laptop descompuesta). Pero no se me ocurrió pensar en la gata. Asya, tiene más de un año y es una gata blanca y grande, de ojos azules y rayas cafés en la cabecita y las patas. Daniel se trajo a la gata a su casa, pero el proceso fue muy traumatizarte. Siempre de por sí fue una gatita desconfiada y arisca, pero nunca había rasguñado a nadie que yo recordara. Así que Daniel la trajo en una jaula, la separó del departamento donde siempre había vivido y de Filis, el gato de Aidé, que prácticamente la había criado y la consentía y tenían una amistad melosa que como padre preocupado yo no veía con buenos ojos. Lo bueno es que el pobre filis estaba castrado. Recuerdo que por las noches Asia se ponía en celo y perseguía al pobre gato por todos lados. Lo primero que ve Asya despues del viaje es a Fátima, la gata de Daniel. Fátima le gruñó ,le enseñó los dientes y las garras, se esponjó en actitud de batallay le reveló a Asya que existía el mal en la tierra; que se habia perdido para siempre el Paraiso y la inocencia.
Cuando volví a México D.F. descubrí que mi gata tenía quince días encerrada en el closet y se negaba a salir. Nadie la podía tocar pues arañaba y mordía y gruñía contorsionandose de manera salvaje. Sólo se alcanzaban a ver sus ojitos brillar diabólicamente en la oscuridad del closet: se había convertido en Cujo.
Han pasado tres días desde que limpié la casa, acondicioné un cuarto para a mi a donde llevé el sofá cama, una caja de arena y un plato de esos dobles, donde puedes servir agua y comida al gato al mismo tiempo. Sacamos a Asya como pudimos: estaba tan asustada que casi destroza la casa y se defecó literalmente a media persecución. El closet yo lo limpié y estaba hecho un asco, el animal tenía quince días haciendo sus necesidades sobre un montón de ropa vieja; a nadie se le ocurrió ponerle una caja de arena en perspectiva de que no iba a salir nunca por su cuenta. Pensé que ahora si iba a estar cabrón que se recuperara del trauma, pero ayer en la noche durmió conmigo (tal vez por el frío) y hoy se dejó acariciar, cepillar y cargar; cosas que ni aun antes, cuando estacamos en el otro departamento, se dejaba hacer. Aún le tiene miedo a Daniel y pavor mortal a Fátima, pero ahora parece contenta. Ya vuelve a jugar con las pelotitas e incluso se comunica más que antes (hubo en tiempo en que pensábamos que la gata era muda). Ahora tengo una computadora, acceso a Internet de vez en cuandoy a Asya a mis pies jugando con el cable de los audífonos y mi relación con mi hermano ya no aparece tan jodida (de haber sabido que lo único que quería era que le lavaran los trastes lo hubiera hecho hace meses). No es tan mala idea estar aquí aunque sea un mes, los cuatro estamos de acuerdo.
Cuando me fui a Chihuahua, Aidé decidió que era hora de salirse del departamento. Estaba un poco confundida y deprimida por cuestiones escolares y creyó que lo mejor era devolverse un tiempo a la casa de sus padres. Fuera de la ciudad y tomado por sorpresa le encargué a mi hermano desde mi rancho que fuera por mis cosas (apenas nada, un poco de ropa, dos cajas con libros y una laptop descompuesta). Pero no se me ocurrió pensar en la gata. Asya, tiene más de un año y es una gata blanca y grande, de ojos azules y rayas cafés en la cabecita y las patas. Daniel se trajo a la gata a su casa, pero el proceso fue muy traumatizarte. Siempre de por sí fue una gatita desconfiada y arisca, pero nunca había rasguñado a nadie que yo recordara. Así que Daniel la trajo en una jaula, la separó del departamento donde siempre había vivido y de Filis, el gato de Aidé, que prácticamente la había criado y la consentía y tenían una amistad melosa que como padre preocupado yo no veía con buenos ojos. Lo bueno es que el pobre filis estaba castrado. Recuerdo que por las noches Asia se ponía en celo y perseguía al pobre gato por todos lados. Lo primero que ve Asya despues del viaje es a Fátima, la gata de Daniel. Fátima le gruñó ,le enseñó los dientes y las garras, se esponjó en actitud de batallay le reveló a Asya que existía el mal en la tierra; que se habia perdido para siempre el Paraiso y la inocencia.
Cuando volví a México D.F. descubrí que mi gata tenía quince días encerrada en el closet y se negaba a salir. Nadie la podía tocar pues arañaba y mordía y gruñía contorsionandose de manera salvaje. Sólo se alcanzaban a ver sus ojitos brillar diabólicamente en la oscuridad del closet: se había convertido en Cujo.
Han pasado tres días desde que limpié la casa, acondicioné un cuarto para a mi a donde llevé el sofá cama, una caja de arena y un plato de esos dobles, donde puedes servir agua y comida al gato al mismo tiempo. Sacamos a Asya como pudimos: estaba tan asustada que casi destroza la casa y se defecó literalmente a media persecución. El closet yo lo limpié y estaba hecho un asco, el animal tenía quince días haciendo sus necesidades sobre un montón de ropa vieja; a nadie se le ocurrió ponerle una caja de arena en perspectiva de que no iba a salir nunca por su cuenta. Pensé que ahora si iba a estar cabrón que se recuperara del trauma, pero ayer en la noche durmió conmigo (tal vez por el frío) y hoy se dejó acariciar, cepillar y cargar; cosas que ni aun antes, cuando estacamos en el otro departamento, se dejaba hacer. Aún le tiene miedo a Daniel y pavor mortal a Fátima, pero ahora parece contenta. Ya vuelve a jugar con las pelotitas e incluso se comunica más que antes (hubo en tiempo en que pensábamos que la gata era muda). Ahora tengo una computadora, acceso a Internet de vez en cuandoy a Asya a mis pies jugando con el cable de los audífonos y mi relación con mi hermano ya no aparece tan jodida (de haber sabido que lo único que quería era que le lavaran los trastes lo hubiera hecho hace meses). No es tan mala idea estar aquí aunque sea un mes, los cuatro estamos de acuerdo.
Comentarios
* Con lugar me refiero a alguien a quien querer y que sea recíproco.
* "Ser" por que ella encontró un ser humano y a veces los humanos escogemos otras cosas.
Yeah!
=)
Hoy en el metrobús, regresando a mi casa, leí en el periódico de alguien: "El cadáver de James Brown ha sido secuestrado"
Bueno, ¿Qué pasa?
jajajajajaja!
Give me those five!
jajajaja!
(pórtese bien, mijo)
Recuerdo que una de las medidas de manejo en la cunnicultura es la de llevar a la hembra a la jaula del macho para que se apareen , eso facilita que la hembra se someta , pero si un criador despistado hace lo contrario y lleva al macho a la jaula de la hembra entonces el pobre conejo recibe una madriza bien puesta por parte de la coneja , es por la territorialidad.
Si, estemm... eso.
Te quiero.
(Lo de la cunnicultura suena como a cunnilingus. Espero que no se trate de cultivar o criar coños/vulvas/cunts.)
Creo que las personas pueden llegar a parecerse a las mascotas. De repente uno actua de forma agresiva por miedo y tristeza. La gatita solo necesita cariño y confianza (ja, esas proyecciones).