Adrián emitió otro ronquido falso y comenzó a dormirse poco a poco. Sentía que caía suave y despacio en mullidos almohadones de plumas, en una habitación cálida y reconfortante donde ningún mal podía alcanzarlo y el mundo y su ritmo eran uno y constante. Y siguió así hasta que se durmió completamente, arrullado por certezas.
Comentarios
qué bruta?
ya, ya... no soy bruta, solo soy leeeeeeeeeenta.
ja ja ja!!!
Bueno, al menos tratamos....