Algunos lugares que he visitado y que me han hecho feliz II

Aunque ya pagamos desde hace muchos días, pues luz y fuerza no se digna a reconectarnos al mundo, así que continuo con este paliativo.

Conozco un putamadral de lugares en chihuahua, al fin de cuentas durante un par de meses mi trabajo era visitarlos todos. Pero, como reza el post, no pienso poner más que los lugares donde fuí feliz, feliz hasta la asquerosidad. Así que empezemos con

Camargo

Es una ciudad fea y aburrida y pequeña, pero tiene lo que conocemos en aquellas latitudes como "un ojo de agua". No tengo fotos del chingado ojo, pero si una de la calle princpal, para que se hagan una idea de la desolación.

Y sin embrago fui feliz, como decimos, todo está en la gente y el momento. Recuerdo que escucha la misma cancion hasta el hartazgo y unos cuantos chistes de polo polo. La canción y el chiste los tengo en la memoría, otra canción hay más, pero esa no se las comparto. ¿Que puedo decir? eramos un par de arcangeles, muy bonitos, muy pequeños, y muy felices. Todo pasa.

Ya tenías el rostro cubierto de besos Y en tu ser las huellas que dejan las penas Si después de amarte te hicieron desprecios Yo no he de pagar por las culpas ajenas.
Malinalco:

Vera usted que como estaba muy pacheco no me acuerdo del todo. Pero del convento si, de las callecitas empedradas, de las ilusiones de otras gentes, de los restaurantitos italianos. Recuerdo que olvide los malditos cerillos en la tienda, y que eso si, fuí feliz como pocas veces.

Vieran ustedes que bonito hotel nos tocó. El calor como ninguno, y mi guayabera negra y los puestos callejeros. Y esa sonrisa que aun tengo en fotografías que aqui no estan.

Guachochi:





Que pinche frio y que buenas tortas al pastor hacian en este chingado lugar. Anduve con Oscar arriba y abajo tomando fotos de toda la bola de mocosos de las escuelas publicas del pueblo, pues ese era nuestro trabajo en la fotografica. Habia escrito una pequeña cronica hace unos tres años de como nos regresamos desde ahi, de aventón, seis horas en la caja de una pick up atravesando el frio de la sierra madre. Si estuviera en micomputadora pondría el link. Creo que fue de las primeras cosas que escribí en un blog que me parecieron medianamente entretenidas.

Oaxaca:

Me encantó su cantera verde, su color hermoso y su olor a tierra despues de la lluvia. Este lugar lo visite con mi padre y con mi hermanastra Marcela, a quien adoro incondicionalmente a pesar de sus defectos y enfermedades y a pesar de ser chilanga diez mil por ciento. Todos los días pasabamos por un panteón donde se escuchaban ulular las lechuzas y comiamos los tacos del tio Felix por la noche, uno tantos parientes oaxaqueños de Marcela y Marta. Segun dice la leyenda, me agarró el güache y por eso enfermé de calentura, o fue el ojo de la muchacha del mercado que siempre me decía "güerito" cuando pasaba. Casi se me rompe el puto ojo de venado que me habian regalado hace ya tiempo, pero esa es otra historia y otro post de estos. Un día estaba yo convaleciente e indefenso en calzones cuando entra la tia Katy, con un huevo, una garrafa de mezcal del bueno y un chingazo de hierbas en la mano. Me puso tal chinguiza con todo eso que hasta se me bajó la fiebre, o como dice la leyenda: se me salió el güache.
Todo antes de Ulises Ruiz y la Appo, la segunda consecuencia de las politicas (si así se le puede llamar) del primero.