Caminar por la calle,
Tarde de ciudades desoladas.
Esta es la hora en que mueren los toreros
Y los amantes,
Inmóviles arcanos,
Se abrigan en los parques
Mejilla contra el pecho.
La hora de los cielos imposibles;
Heridas abiertas
En el vientre de Dios.

Este mundo real por fuera
No me conoce detalladamente.
El cansancio acomodado en los huesos
Es otra memoria querida
Que impacta los relojes del tiempo.

Este mundo real por dentro
Se enamora de los parques
Y los niños,
Y las flores.

A ambos mundos los une la lluvia,
La lluvia ardiente de los cuerpos,
La lluvia fría de las baldosas;
Se llama "bendición" en su extraña lengua;
Palabra que rompe contra las aceras
En fragmentos luminosos.

No existe un puente
Entre lo otro y lo mío
Y esta soledad de ruido ahogado
Es sólo un error de mis vísceras pensantes.

Merecida soledad en esta hora,
Las cinco de la tarde,
Cuando los poemas de amor son necesarios.

No, este mundo no me conoce,
No sabe del dolor y la esperanza,
Y del demonio pálido de fiebre
Que tiene un hogar en mi cabeza.

No, no me conocen.
Ellos, los amantes y los árboles,
No saben nuestros nombres.
Puedo morir desconocido
En una tarde de plazas como estas.

Comentarios

moria dijo…
Que bella imagen, amor.
Mariana Orantes dijo…
razón de más, sí es una bella imagen U_U...

Me parece mejor este que el anterior, el otro creo que se puede mejorar, no sé bien como, aunque sí se que no me gustan algunos detallitos. Este me parece más cuidado.

Y perdón que te lo diga, pero hiciste que tus fans se alucinaran.

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