Asya se fue hace dos días, muy temprano en la madrugada: la lujuria destellaba en sus ojos. Aun no ha vuelto y estoy preocupado, muy preocupado. Todos dicen que los gatos hacen esas cosas, se pierden por semanas y regresan, con cara de “que tal la familia”. Pero ha llovido mucho todos los días, hace frío allá afuera y no es precisamente un animal muy ducho. Me siento culpable, no debería haber pasado. La recogimos del metro cuando era una bebé, hace ya dos años. Dormía conmigo en un principio, le enseñé a usar la caja de arena, le di de comer sus primeros sólidos. Limpié su mierda de mi cama, si me entienden, y esa clase de cosas crea lazos indestructibles. Sólo por ella compré una aspiradora.
Asya: vuelve por favor. Te amo.
*
No recuerdo que comía o que bebía, cuando vivía en Copilco, que podía escribir tan bien en este blog. Tal vez era la soledad, tal vez era creer que podía estar enamorado. Me decanto por lo primero, como escéptico que a final de cuentas soy. Reviso mis archivos, antes de mandar al carajo la segunda etapa de este blog, y encuentro cosas interesantes. Todas tristes en general, con descripciones grises y ensimismadas, intentos de desentrañar mi propio pensamiento. Cuando uno empieza a “pensar que piensa”, es cuando más se mete en problemas y se puede decir que se está jodido. Sin embargo, aunque no escribí ningún cuento decente y mis poemas adolecían de un acento épico que estaba demás, creo que de algún modo era una etapa de prosperidad literaria. Leía absorbentemente y absorbía lo que leía, el conocimiento profundo más allá de la forma. Leí a los rushkis, los existencialistas de mierda, a Derek Walcot y toneladas de pirataje antes de que se pusieran de moda por segunda vez. Tenía, incluso, una visión más ordenada y hegeliana de la historia, que aun después de Tolstoi, persistía en la forma de “historia del pensamiento”, patrocinado por Isaiah Berlin, viejo sabio liberal ingles.
Hoy en día una novelita de seiscientas paginas de Richard Ford me causa graves problemas de captación, y unos cuantos poemas de Lorca me detienen en el circulo del asombro de la forma. Pero siento que no recibo nada más. Sólo literatura una y otra vez.
Quiero pensar que la literatura es, como la religión, una forma de acercarse al mundo. Si se quiere, hasta una manera de exteriorizar. No quiero ponerme grave con este asunto, sobre todo porque no se exactamente a donde conduce mi ultima reflexión y se que sus consecuencias, como cualquier idea, pueden ser buenas o malas. Es noche y hace frió y no escucho maullar a ningún maldito gato que pudiera ser el mío, y me pregunto sinceramente ¿Qué es lo que me anda haciendo falta? Siento un vacío intelectual grave que no se está llenando. La vida, por otra parte, tiene sus cientos de experiencias, de las cuales conozco bastantes, pero sé que el vacío del que hablo no viene de una falta de aventuras o algo por el estilo, para ponernos extravagantes.
Probablemente sea una pausa en lo que encuentro departamento. Necesito leer y meditar antes de salir a contárselo a alguien, o simplemente tragarme las cosas (que nunca es recomendable). Necesito volver a sentir este deseo de que quiero ser mejor. Ya ni sé de que chingados estoy hablando. Este post matará a cientos de hueva.
*
La noche está estrellada y chingan su madre los astros azules a lo lejos. Tomaré una ultima tasa de las aguas negras del imperialismo norteamericano, fumare un ultimo tubo de veneno del imperialismo norteamericano (Cigatam, fabrica de Slim Helú, vende toda su producción a Phillip Morris), y me iré a dormir. Necesito replantearme las cosas una vez más, por millonésima vez quiero decir, y abordar el mundo que vendrá mañana con otro rostro. La literatura es un perro infernal, y, cuando menos, puedo decir que soy feliz. Quiero ser un hombre mejor, quiero aprender más, aprender de verdad.
Asya: vuelve por favor. Te amo.
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No recuerdo que comía o que bebía, cuando vivía en Copilco, que podía escribir tan bien en este blog. Tal vez era la soledad, tal vez era creer que podía estar enamorado. Me decanto por lo primero, como escéptico que a final de cuentas soy. Reviso mis archivos, antes de mandar al carajo la segunda etapa de este blog, y encuentro cosas interesantes. Todas tristes en general, con descripciones grises y ensimismadas, intentos de desentrañar mi propio pensamiento. Cuando uno empieza a “pensar que piensa”, es cuando más se mete en problemas y se puede decir que se está jodido. Sin embargo, aunque no escribí ningún cuento decente y mis poemas adolecían de un acento épico que estaba demás, creo que de algún modo era una etapa de prosperidad literaria. Leía absorbentemente y absorbía lo que leía, el conocimiento profundo más allá de la forma. Leí a los rushkis, los existencialistas de mierda, a Derek Walcot y toneladas de pirataje antes de que se pusieran de moda por segunda vez. Tenía, incluso, una visión más ordenada y hegeliana de la historia, que aun después de Tolstoi, persistía en la forma de “historia del pensamiento”, patrocinado por Isaiah Berlin, viejo sabio liberal ingles.
Hoy en día una novelita de seiscientas paginas de Richard Ford me causa graves problemas de captación, y unos cuantos poemas de Lorca me detienen en el circulo del asombro de la forma. Pero siento que no recibo nada más. Sólo literatura una y otra vez.
Quiero pensar que la literatura es, como la religión, una forma de acercarse al mundo. Si se quiere, hasta una manera de exteriorizar. No quiero ponerme grave con este asunto, sobre todo porque no se exactamente a donde conduce mi ultima reflexión y se que sus consecuencias, como cualquier idea, pueden ser buenas o malas. Es noche y hace frió y no escucho maullar a ningún maldito gato que pudiera ser el mío, y me pregunto sinceramente ¿Qué es lo que me anda haciendo falta? Siento un vacío intelectual grave que no se está llenando. La vida, por otra parte, tiene sus cientos de experiencias, de las cuales conozco bastantes, pero sé que el vacío del que hablo no viene de una falta de aventuras o algo por el estilo, para ponernos extravagantes.
Probablemente sea una pausa en lo que encuentro departamento. Necesito leer y meditar antes de salir a contárselo a alguien, o simplemente tragarme las cosas (que nunca es recomendable). Necesito volver a sentir este deseo de que quiero ser mejor. Ya ni sé de que chingados estoy hablando. Este post matará a cientos de hueva.
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La noche está estrellada y chingan su madre los astros azules a lo lejos. Tomaré una ultima tasa de las aguas negras del imperialismo norteamericano, fumare un ultimo tubo de veneno del imperialismo norteamericano (Cigatam, fabrica de Slim Helú, vende toda su producción a Phillip Morris), y me iré a dormir. Necesito replantearme las cosas una vez más, por millonésima vez quiero decir, y abordar el mundo que vendrá mañana con otro rostro. La literatura es un perro infernal, y, cuando menos, puedo decir que soy feliz. Quiero ser un hombre mejor, quiero aprender más, aprender de verdad.
Comentarios
Creo en la reinvención del yo-mismo, no sé si funcione para alguien, por lo menos yo nunca estoy satisfecho conmigo mismo. Pero creo. Creoooo.
No quiero ir a la escuela hoy :(
Yo me acuerdo de qué me preparabas para comer cuando vivías en copilco: spagguetti, sopita, carne con ensalada, cosas fritas, sandwiches. Pero tú comías hamburguesas y pollo frito, porque eso siempre ayuda cuando uno está triste.
No sé bicho, siempre hablas de la soledad y creo que en ese momento no estabas para nada solo. Incluso ahora, no lo estás. Solo que o no lo comprendes o te gusta justificar así las cosas. Creo que nunca te he contado enserio lo que me pasaba a mi en ese entonces, aunque tampoco nunca te ha importado ¿y a quién le importa ahora? a mi no, yo también puedo decir que soy feliz y que me divierto mucho cuando estoy contigo y que me siento en paz cuando, en la noche, te siento conmigo, abrazándote o abrazándome.
Tienes que ser menos neurótico (y mira quién te lo dice)
Estoy segura, segurísima, de que Asya va a regresar pronto.
(}) no te preocupes cariño. =*
2:Por soledad me refería a vivir solo. Es decir, que vivir solo era bueno porque me las arreglaba para comprender más cosas.
Carl, si nomas lo he borrado tres veces. Esta es la cuarta vez que lo escribo (lo sé porqué tengo los respaldos)
Bishou: lo sé, lo sé, intentaré controlar mi neurastenia. GRacias por todo. Seriously.
Ser neurotico es feo, lo sé. Pero que le va a ser uno. Yo trato de controlarme también. Hoy soy feliz como tú y también quiero aprender. Bueno es todo. Ja!
Diría el de ética (Córdova...babeo...) la era del desencanto, quizás. O algo así. ¿Será que muchos años de radiohead por fin están haciendo efecto? Se acercan los 20 y el emo cristiano está al acecho de inocentes :P
Me voy que qué sueño hace.
Te quiero ^*^