Mariana tiene una cruz de estrellas en el sur,

alimento necesario

(entre llenos y cuartos)

para florecer entero

su enorme jardín de giralunas.


Tiene un ramo de tiempo

juntado entre sus manos de torcacitas color canela;

una escalera llegando a ningún lado

y el único cuento con botas que nadie pueda conocer.


(Un día se armó de un par de botas ella misma

y se fue corriendo entre la lluvia,

aterrorizando charcos con su sonrisa mexicana,

cantando un canción

que habla de naranjas y días nublados,

para ver que tontuelo feliz aprende a enamorarse...

y debe haberlos, apostaría mis ojos)


Mariana tiene dos nombres,

Un beso empeñado,

un pagaré de ensueños.


Tiene versos, y cosas varias en bellísimas lemurias.

Tiene sal, silencios y seguramente cansancio de ser simple y sencilla.

Tiempo tiene para trabalenguas abatidos sin importarle los paraguas

para lluvias de noviembre.

Tal vez un vestido y tres delirios diarios

donde lobos guardianes la vigilan,

contradiciendo toda historia contada por la abuela.


Mueren menos versos en un tren quebrantahuesos

(cianosis de los sentidos y estaciones de la tarde)

(versos, versos, ese regalo absurdo del sol de mediodía

y el ciempiés de los arrebatos incoherentes, como ínfulas de sumisión precisa

a un sistema tonto de fechorías legales.

Tal vez, tal vez, como campanada repetida a las seis de la mañana

llamando a misa para el dulce mito del pueblo

que nos acompaña tranquilo, mientras respira y se ve liberado

del yugo del sentido y la física quántica,

que es un monstruo de mil ojos y no sabe bailar)


Universo, cosmos, Dios mismo es un viejo sabio que no existe

y su dulzura radica en su propia malevolencia de erradicador afectuoso,

resbala pues por la garganta:

es un tesoro sabido del fervor que el nombre regala a la esfera mas alta

por eso quiero regalarte este bosque de azares

bosque de azahares sin sentido con sentimiento

planeado una noche, sin marisma ni montaña, sin paisaje invertebrado,

sin vergüenza, tranquilo, torcidosonrisa

y aviones que lapidan fuerte el cielo para amamantar la tierra con lluvia lagrima adjetivo.


Este sin sentido con sentimiento

para que baje el ritmo y el final se acerque

sin premura diurna o prisas calculadas

baja el ritmo

la montaña

como un rió cristalino

revive en vez cuando

y luego llama, fuego,

y luego llama, tu nombre

sonrisa torcida

variaciones imprecisas

de lo que llamamos beso

que poco a poco

y en despacio

se arrastra y toca

un sendero

hacia tu boca

y hacia la rima

de tu lengua

enamorada...





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