Después la guerra
–palabra de algún filósofo importante-
no queda nada para el hombre.
Días que despierto con este pensamiento,
cansado de los niños y los árboles.
Tender la cama, sacar la basura,
café instantáneo, huevos a la mexicana.
Toda luz es amarilla, todo cielo, toda montaña.
Uno tiene que sacar poesía de estas cosas,
salir a tiempo, buscar en el camino
monedas en la acera.
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