Mirada casi rota, ausente, los bigotes como espuma contra el viento.

Se que por las noches, cuando juegas con jóvenes demonios a cazar ratones y espantar mi sueño

a veces te maldigo y pronuncio tu nombre con la sonoridad de una piedra contra el agua,

reclamo que en la misma sombra expira.


Pero en la mañana eres nube, certeza, sol mudo que me observa y parece se pregunta:

¿Está vivo el hombre?, ¿es feliz el hombre?,

¿ha comido el hombre su porción diaria de pan, su prometido sustento?


Es cuando el mundo se rehace de la masa triste y negra que configuró del sueño.

Me levanto, como tú bien esperabas, te cambio el agua y te alimento.

Comentarios

Ada Pantoja dijo…
¿ha comido ya el hombre?

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