Ecce Deus fortior me, qui veniens dominabitur mihi
En la muerte del año 2017
me encuentro con treinta y tres años y no he escrito
un poema de “el medio del camino de la vida”
no sé si le he fallado a las deidades
crueles y más bien toscas como piedras
de la poesía
o es que simplemente
no soy tan optimista en mis prospectos
Después de esta última estrofa
me he detenido durante días
sin ningún pensamiento en la cabeza
como no sea titular este poema
“A comienzos de 2018”
Los dioses siguen sin hablarme
y sólo una especie de velo gris
de melancolía química y obscena
cubre mis palabras
No sé dónde está ya el clavo
la espina la piedra en qué zapato
cómo arrancar los cardos en mi lengua
He subido y he bajado tanto
en los últimos meses
que ningún guardián de la tierra de los muertos
podría pesar con exactitud mi corazón en su balanza
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