Hoy en la mañana, mientras me rasuraba, pensaba en lo maravillosas que son las pequeñas cosas de la vida. No me malentiendan, no quiero sonar como el joven escritor norteño nodiremossunombre que se la pasa hablando de las cosas pequeñas de la vida. Todo ese asunto pernicioso de las bolsas plástico revoloteando con el viento, de la absurda belleza que se esconce en la basura.
Es sólo que usaba un rastrillo nuevo. Un rastrillo nuevo, sacado del empaque, después de usar uno de triple hoja desde ¿Cuándo? ¿enero? Desechable, por Dios santo. Me asombra el descuido en el que podemos caer, en la avaricia hacia el aseo personal a la que llegamos los hombres (mientras en otras pendejadas gastamos a raudales). Lo bueno es que soy cuasi lampiño.
El caso es que me afeitaba, y pensé en esos versos de Pellicer:
Y el orden que en su cuerpo había
Era perfecto y simple como un vaso de agua.
Esa imagen de Dios que Gorostiza se encargó de hacer insoportable y llena de pedos por todos lados. Esa imagen que volvió insufrible, angustiante, llena de sustantivos como frutas demasiado pesadas. Eso pensaba yo: en el agua, el agua fría cuando tienes resaca, como un beso bien dado, sin mucha pasión pero cabronamente certero. Y en un rastrillo nuevo, y en un baño caliente después de no tener gas un tiempo, de no tener agua. Esas comodidades burguesas y frívolas, como las buenas personas, en las que estaremos más cerca de la divinidad que nunca.
Es sólo que usaba un rastrillo nuevo. Un rastrillo nuevo, sacado del empaque, después de usar uno de triple hoja desde ¿Cuándo? ¿enero? Desechable, por Dios santo. Me asombra el descuido en el que podemos caer, en la avaricia hacia el aseo personal a la que llegamos los hombres (mientras en otras pendejadas gastamos a raudales). Lo bueno es que soy cuasi lampiño.
El caso es que me afeitaba, y pensé en esos versos de Pellicer:
Y el orden que en su cuerpo había
Era perfecto y simple como un vaso de agua.
Esa imagen de Dios que Gorostiza se encargó de hacer insoportable y llena de pedos por todos lados. Esa imagen que volvió insufrible, angustiante, llena de sustantivos como frutas demasiado pesadas. Eso pensaba yo: en el agua, el agua fría cuando tienes resaca, como un beso bien dado, sin mucha pasión pero cabronamente certero. Y en un rastrillo nuevo, y en un baño caliente después de no tener gas un tiempo, de no tener agua. Esas comodidades burguesas y frívolas, como las buenas personas, en las que estaremos más cerca de la divinidad que nunca.
Comentarios
Esas pequeñas cosas
que nos dejó tiempo de rosas...
en un papel o en un sillón.
¿Un cafecito cuenta también como pequeñascosas?
Yo he estado ahí y sé lo bueno que es y la manera en que se disfruta: desde tener agua caliente, pasando por poder cocinar, hasta un rastrillo, un jabón o rompa limpia.
Te amo, te amo mucho.
=)
Que tengan poesía.
Ash con la banda eh.
La otra vez estaba con un amigo, saliendo del cine y platicabamos precisamente sobre "las pequeñas cosas" el me dijo: Los llamo huevos de Pascua. Y es hermoso cuando, de la nada, encuentras uno.
Quizá este comentario, después de tanto tiempo, pueda representar uno para tí.
Te quiero principito, con lunática pasión n_n
Pinches guiños, ni deberia usarlos. Es como cuando Joy de Friends aprendió a hacer la seña de las comillas con las manos y luego las usaba para todo y sin contexto. (guiño)