Rododáctila
Levantaré una casa en tu esternón
Y en sus jardines sembraré pinos y cipreses
y no volveré al mundo más que para contemplar la nieve
Plantaré sobre tu espalda
un paseo de abetos y sicomoros
para hacer el desayuno luminoso entre sus piedras
para enfrentar el día y sus niños en diciembre
corriendo sobre escarcha
Aquí en mi cuerpo sembraré tu cuerpo
y las bengalas y los años nuevos
y el cansancio amable de morir un día
Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ellos
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