Despierto de pronto en la madrugada. Los ojos muy abiertos en la oscuridad. Comienzo a pensar en la muerte,
ansiedad,
miedo.
La fragilidad de los cuerpos. La oscuridad eterna.
El rumor de las balas alrededor de nosotros.
Cierro los ojos.
Quedo en esa posición un tiempo indefinido, no infinito, pero incontable.
Taquicardia.
En algún momento me duermo, imposible saberlo.
La tercera vez en dos meses. Como si algo volviera para cazarme.

En la mañana abrazo tu cuerpo,
piedra de toque para una alhaja empañada.
Vuelvo al mundo y su cauce.
Pero aun tengo miedo.

Comentarios

Indio Cacama dijo…
el miedo es buen pretexto para abrazar

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