Deberían todos salir de esa ciudad,
dejársela a las ratas
a los gobernantes de las ratas
padre madre amigos queridos
ceniza y esqueletos de mi abuelos
virtudes y tronos
deberían alzarse de la tierra
árboles veloces incendio de la tarde
deberían huir al sur como los pájaros
venir a mis brazos
conjurar mi rabia indignada
cada que en el periódico
aparece un cadáver conocido
deberían ir al norte
como una antigua caravana
vestidos de pieles
tras el frío y la nieve
que borren sus pasos
cada vez más lejos de mis brazos
de la sangre que en surco abre la
tierra
no dejar nada a los bárbaros
sino cemento quemado
y desvencijados locales de pizza
pero sé bien de las casas hipotecadas
de vidas esculpidas durante tanto
tiempo en la arena
de las raíces que han crecido
en las costillas de los ya muertos
Comentarios