En Chihuahua el problema es diferente a lo que nos han dicho, esa historia sobre dos bandos disputandose la plaza. Viene de nuestra forma de ser, de la sociedad que construimos, de un transtorno narcisista colectivo en el que todos participamos.

Les digo:
Cuando se acaben las drogas y nos queden las armas, vamos a seguir matandonos.

Comentarios

moria dijo…
Y cuando se acaben las armas, vamos a seguir odiándonos.
Pero la muerte santifica, cierto?
QUPD "El Nano"

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