Be water, my friend

Las cuatro de la mañana. De la nada, el cielo aun oscuro comenzó a llenarse de voces agitadas. Murmullos al principio, muebles que se arrastran, puertas corredizas, risas deliberadamente ahogadas en alguna habitación. Los grillos que usualmente reinan en el silencio comenzaron a callar poco a poco, conforme la competencia por gobernar el día se volvía más obvia. Ya se prendían los inciensos para la oración de la mañana, ya se escuchaban los cilindros de cobre cantando una canción, golpeados por las manos de un novicio.
Jet despertó de un salto. Jueves. Día terrible, ocupado. La oración matutina, los ejercicios normales. Después se lo llevaban aparte a la hora del desayuno. Su complexión robusta molestaba sobremanera al abate y le prohibían esa primera comida. “Debes ser delgado y rápido como un rayo” le decía todo el tiempo. Pero Tony tenia los huesos grandes, no era algo que estuviera en sus manos remediar. “El Gran Jefe”, seguía diciendo el abate mientras le jalaba las orejas al joven aprendiz, “Bruce Lee”...

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